sábado, 30 de agosto de 2014

8. Que me gustas

No hace falta deciros con que me desperté creo que lo sabéis de sobra.

Fuimos a desayunar.
 
Estaba de buen humor, cosa que a Alba le extrañaba mucho.

Y si, lo estaba, ¿por qué? 
Pues porque había decidido guiarme por mis sentimientos y admitir que me gustaba Jesús.

Me iba a arriesgar a ilusionarme.

-Se me ve raro verte tan contenta- dijo Alba.

Yo casi no le preste atención porque entraron en la sala Jesús y Dani.

Su sonrisa. Sus ojos. Su sensibilidad. Su todo.

-Oye ¿me estas oyendo?-dijo Alba.

-Que si- dije- te tengo que contar una cosa, es importante-.

Se lo iba a contar.

Cuando.

Una chica monisima se acercó a Jesús, le acariciaba el pelo. Tonteaba mucho.

Y cada vez se acercaba más a el.

La rabia me recorrió todo el cuerpo. 

Alba se dio cuenta y miró a donde yo miraba.

Yo bruscamente me levanté de la mesa y salí mientras Alba salía conmigo gritando mi nombre.

Al fin me agarró del brazo.

-¿Qué?- dije.

-Te gusta Jesús, eso era lo que me querías contar-.

La cara me cambio totalmente.

-¿Co...como lo sabes?- trartamudee.

Ella soltó una carcajada.

-Se nota-.

Yo me empecé a reír tímidamente.

-Ósea que te gusta, te gusta, te gusta, es,es genial- empezó a gritar.

Y yo me empecé a reír ante su reacción.

Hasta qué apareció.

Jesús.

-Chicas, os estábamos buscando ¿dónde...?- no le dio tiempo a acabar la frase.

Salí de allí enfadada.

Sólo pude oír un "¿que le pasa?"

"Nada sólo que me gustas y tu estas con otra chica nada importante" pensé irónicamente.

Jugamos a varios juegos entre ellos béisbol, voleyball, baloncesto, vamos lo que son los deportes.

En todo el día Jesús se había intentado acercar a mi, pero yo le evitaba.

Hasta qué llegó la noche.

Todo el mundo estaba dormido y yo decidí ir a la piscina.

Me tumbé en el césped.

Necesitaba estar sola.

Había estado hablando de todo este tema con Alba y sus conclusiones eran que a mi siempre me había gustado Jesús lo que pasa que no me di cuenta.

Y pensando en detalles y momentos que habíamos estado juntos me he dado cuenta de que es verdad.

Jesús siempre me ha gustado.

Suspire.

Que difícil es esto.

-Así que estas aquí- oí detrás de mi.

Me giré era Jesús.

Me levanté dispuesta a irme pero me agarró del brazo.

-Por favor quédate- dijo.

Suspire y me senté en la hierba.

-¿Qué pasa? ¿Por qué me evitas?-.

Yo miraba a la piscina. 

-No se es que creía que estabas muy ocupado con tu 'amiguita'-.

-¿Qué?- dijo confuso.

-Vamos, Jesús que te crees ¿que soy tonta? Te he visto con esa chica de esta mañana- dije.

Y sin darme cuenta se me habían llenado los ojos de lágrimas.

El me miró sorprendido.

-Es una de las chicas que me persiguen- dijo.

-¡Pero si te iba a besar!- dije.

-Si pero yo me retire, te fuistes y no lo vistes-.

No puede estar hablando enserio.

Ya me ha descubierto. ¿Ahora que me invento yo?

-Ah bueno igualmente me lo tendrías que haber contado, exijo un perdón, porque no me cuentas las cosas-.

Se le escapó una carcajada.

Nos quedamos mirándonos sin hablar. Pero el silencio lo decía todo.

El se acercó a mi.

Cuando estaba muy cerca.

Puse mi mano en su boca para apartarle.

-Pero yo creía que te, te gustaba- tartamudeo.

-Yo no he dicho lo contrario- dije con una sonrisa.

Entonces el se relajó. 

-Pero te he dicho que me debes un perdón- dije cruzándole de brazos- y entonces vendrá el beso que tanto estamos deseando los dos.

Se sorprendió. Pero me sonrió.

-Vale, vale, perdóname ya ni se porque- dijo levantando los brazos.

Yo asentí con la cabeza.

Y me beso.
 Nunca jamás había deseado tanto algo como ese beso.

Nos separamos y sonreímos.

-En cuanto a esto yo quería decirte que...- 

No pudo acabar la frase, porque oímos pasos alguien venía y a estas horas solo podía ser un monitor.

Si nos descubría la fastidiaríamos.

-Como nos vea nos van a expulsar- susurré.

Jesús me tiro del brazo hasta el borde de la piscina.

-¿Estas loco?- dije.

-Si, por ti- 

Iba a sonreir pero Jesús me tiro al agua.

Nos hundimos hasta que el monitor se fue.

Al salir nos miramos con la ropa empapada y empezamos a reírnos.


Y esa noche en la cama me dormí sonriendo.











7. Estas rara

Sonó la bocina. Ya la habían arreglado.

"Que bien" pensé irónicamente.

Me di la vuelta e intente seguir durmiendo.

De pronto recibí un golpe con la almohada.

Era Alba.

-Estas loca- dije.

Se rió. 

-Madre mía que mala cara- dijo.

-Ya bueno no he dormido mucho- dije levantandome.

Y era verdad, me había estado comiendo la cabeza toda la noche sobre lo de Jesús.

No se que hacer, no entiendo me entiendo ni a mi misma. ¿Me gusta o no?

Ahora no me voy a atrever ni a mirarle. 

Salimos de la cabaña, hacía el comedor. Desayunamos.

Nos dijeron que hoy teníamos la mañana libre. Para hacer lo que quisiéramos.

Alba y yo decidimos quedarnos en el parque principal.

La mayoría estábamos allí.

Hablábamos cuando vi como Jesús y Dani se acercaban.

Empecé a temblar.

En cuanto le tuviera cerca ya volverían las dudas.

-Hola chicas- dijeron a la vez.

-Hola-.

Jesús se acercó a mi.

-Ahora me persiguen- dijo señalando con la cabeza a un grupo de chicas, las mismas de anoche.

En cuanto de dieron cuenta de que las miraba se pusieron rojas y a reírse.

Le miraba.

-Oye te ¿pasa algo?- dijo- te noto rara.

-¿Yo?- dije exagerando la voz- que va.

-¿Seguro?- dijo levantando una ceja.

Asentí con la cabeza.

-Por cierto anoche me lo pase gen...- no me dio tiempo a acabar la frase.

Vinieron el grupito de chicas.

-Jesús, Dani os echamos de menos- dijeron cogiendoles.

Pusé los ojos en blanco. Me están cansando esas chavalas.

Y entonces se los llevaron.

Ellos se despidieron de nosotras con una gesto de la cabeza.

Y llegó la tarde.

Tocaba tarde de piscina.

Nos sentamos en la hierba.

-Venga vamos a bañarnos- dijo Alba ilusionada.

-Paso- dije.

No tenía ganas de nada.

Alba insistía todo el rato pero al final se fue.

Estaba pensando cuando alguien me agarró.

-Dani, qué haces- grite- ¡sueltame!

Pero Dani no me soltaba.

-Vamos a darnos un chapuzón- dijo corriendo hacia la piscina aún llevándome.

-Ni se te ocurra, te ma...- no acabe la frase.

Dani se tiro conmigo en sus brazos a la piscina.

-Estas muerto- le dije.

Entonces apareció Jesús riéndose.

Así que le agarré del brazo y le tiré al agua también.

Estuvimos un rato. 

-Alba ¿has cogido tu mi toalla?- pregunté.

-Si perdona, es que tengo mucho frío y se me ha olvidado la mía, toma si quieres-.

Negué con la cabeza.

-Quedatela-.

Pero al instante empezé a tiritar.

Alguien me tapo.

Vi como Jesús compartía su toalla conmigo.

Los dos.
Pegados.
En una misma toalla.

Un escalofrío me recorrió el cuello.

"No seas ingenua Daniela, siempre que te ilusionas acabas mal, lo mejor es tu escudo de borde, así nadie te hará daño" pensaba.

-¿Mejor?- pregunto.

-No lo necesito, Jesús- dije.

-No seas tonta, conmigo no hace falta que te pongas ese escudo de dura- dijo.

-No necesito nada de eso, yo soy así y si te gusta bien y sino que te den- dije.

El se limito a sonreir.

"Madre mía su sonrisa, no Daniela, tienes que ser dura y no ilusionarte" pensé

Entonces me abrazó envueltos aún en la toalla.

"No puedo resistirme,mírale esa sonrisa" pensé "odio, odio no poder controlar mis sentimientos"

Volvimos al comedor a cenar.

Nos sentamos todos juntos.

Yo pensaba. En mi mundo estaba.

-Eh Daniela, tierra llamando a Daniela- dijo Alba.

-¿Qué?- dije.

-¿En qué pensabas?- me pregunto Dani.

-Nada, nada- dije.

-Ui, a ti te pasa algo, estas muy rara, no vaya a ser que estés enamorada- dijo Alba riéndose.

Me pusé roja.

Pero enseguida disimule.

-¿Yo? ¿Enamorada?- dije y chasque la lengua- va y ¿qué más? 

No enamorada no podía estar, en todo caso atracción y ya esta.

Pero como es atracción pronto lo olvidare y mejor será.

Fuimos de camino a nuestras cabañas cuando alguien me agarró del brazo.

-Alba, tiene razón, estas rara- dijo.

-Otro que tal- dije.

-Yo sólo digo lo que veo-.

-Que no, Jesús, no pasa nada-.

-Bueno ya sabes que sí te pasa cualquier cosa me lo puedes contar ¿vale?- dijo cogiéndome de la mano.

Miré nuestras manos.

Trague saliva.

-Vale, buenas noches- dije.

-Buenas noches Daniela-.

Y cada uno nos fuimos a nuestras respectivas cabañas.

Rara, rara, rara era la palabra que se me venía a la mente todo el rato.

¿Tanto se me notaba?

Pero no estoy enamorada de eso estoy clara.

O eso creo.







domingo, 3 de agosto de 2014

6. La cena

Ese día no sonó la bocina, alguien se había hartado de ella y la debió romper, fijo.

Pero a cambio un monitor iba por cada puerta con una cazuela y algún que otro portazo.

-Le voy a dar yo con la cazuela en la cabeza- dije mientras salía de la cabaña con Alba.

Fuimos a un parque que había cerca de la sala común, con asientos.

Nos sentamos.

-Bienvenidos chicos, hoy habrá una gran cena, con baile y todo- dijo.

"Será broma" pensé.

Mientras explicaba las reglas yo seguía medio dormida.

Bostece.

-¿Lo habéis entendido?- dijo una monitora.

-Tía, no me he enterado de nada, ¿me lo puedes resumir?- le susurré a Alba.

-Que va a haber una cena con baile y eso, también tendremos que ir con pareja y dicen que tendrá su parte educativa, que aprenderemos educación y como comer correctamente en la mesa- me susurró.

-Que chorrada- dije.

Era un campamento bastante pijo.

Todo el día tendríamos que prepararnos para la gran cena con el gran baile y todas esas chorradas.

Alguna gente hinchaba globos, otras ensayaban bailando, otras buscaban pareja.

-Ay, tenemos que ir a buscar unos vestidos- me dijo Alba ilusionada.

-No no no, yo no me voy a poner un vestido- dije.

-Va, no seas boba- me dijo tirándome del brazo.

Me llevo a nuestra cabaña y allí estábamos eligiendo vestidos.

Cuando sonó la puerta.

-Voy- dije.

Abrí la puerta y ahí estaba Jesús.

-Hola, Daniela- dijo.

-Hola- dije.

Se empezó a tocar el pelo, que estaba ¿nervioso?

-Me preguntaba, que bueno, si tu querías, ya que somos tan buenos amigos, ser mi pareja en el baile, como amigos, claro esta- dijo.

Me reía porque estaba nervioso mientras me hacía la pregunta.

-Vale, me parece bien- dije.

El me sonrió y se fue.

Cerré la puerta, Alba me miraba.

De pronto pegó un grito.

-Tía, tía vas a ir con uno de los gemelos vas a ser la más envidiada de la cena-.

-No seas exagerada, es mi amigo-.

Me dedico una mirada burlona.
 
Pasaron las horas y llegó la hora de la cena.
 
Me puse un vestido de color celeste, de palabra de honor y con vuelo.

Me recogí el lado derecho, en el que no tenia el flequillo,con un gancho plateado.

Alba iba también guapísima.

Llegamos a la sala común.

-Uau, estas genial, nunca te había visto con vestido- dijo Jesús nada más verme.

-Calla- dije.

-¿Me concede el honor?- bromeó.

Le agarre del brazo. Y entramos.

Jesús estaba muy guapo, nunca me había fijado en el. 

Dani pasó al lado nuestro,me miró de arriba a abajo y abrió la boca para decir algo.

Quería fastidiarme con que llevaba vestido y a mi no me gustaba.

-Puedes ahorrarte el comentario- dije.

El se rió y se fue.

-Bueno todos a la mesa a cenar- dijo una monitora.

Empezó a explicarnos las reglas para comer bien y educadamente en la mesa.

-Bla Bla Bla- le susurré a Jesús.

Y nos dio el permiso para empezar a comer.
Menos mal estaba muerta de hambre.

Empezé a comer.

-No has prestado atención a las reglas ¿verdad?- me dijo Alba.

-Que va- dije.

-Se ve- dijo riéndose.

Y cuando ya habíamos acabado. Se apagaron un poco las luces y sonó música.

-Venga todos con su pareja va- dijo una monitora.

Jesús me cogió de la mano y fuimos a la pista.

Tragué saliva. 

¿Qué me pasaba?

-Vale, ahora a imitar lo que hacemos- dijo.

Se pusó a bailar un valls, creo que se llamaba así.

Me aparte de Jesús.

-Yo no se bailar eso- dije.

-Ni yo-.

Me agarró y me acercó a el. Me agarró de la cintura.

Y bailábamos. 
A veces nos pisábamos los pies.

Cuando ya le cogimos el truco apoye la cabeza en el hombro de Jesús.

Notaba la mejilla de Jesús con la mía.

Y allí vi a Álvaro con la chica que le pille.

Cerré lo ojos. 

Prefería no verlo.

Y más tarde vino lo bueno, la música movida.

Pero yo ya estaba muy cansada. La mayoría de la gente se había ido a dormir ya.

-Puf, estoy echa polvo- dije mientras me sentaba en una silla- quien me iba a decir que iba a bailar un valls de esos, menuda cursilada.

Jesús se rió.

-Ha sido divertido- dijo.

Asentí con la cabeza. Y vi como un montón de chicas me miraban a mi y a Jesús.

Alba me había dicho que todas iban detrás de los gemelos.

Y parece ser verdad.

Miraban a Jesús con deseo.

Me giré a ver a Jesús.
El me miraba a mi, no a esas chicas.

-Las tienes loquitas- dije.

-¿Qué?- dijo.

Señale con la cabeza al grupo de chicas.

-Ah eso, si, al parecer, si- dijo.

-¿Por qué no vas con ellas? Creo que lo están deseando- dije.

Jesús suspiró.

-Va, venga- dije empujandole.

Cuando llegó al grupito me miró. Le sonreí.

Me volví a sentar.

Veía como todas esas chicas ligaban con Jesús.

Noté una sensación extraña. 

Eran...eran celos.

"No puede ser ¿acaso me gusta Jesús?" pensé. 

"Es sólo un amigo" intente convencerme.

Entonces me acorde de cuando Jesús me había dicho que a veces confundimos nuestros sentimientos.

¿Y si me había gustado todo este tiempo y no me he dado cuenta?

Agite la cabeza confusa.

Necesitaba descansar y dejar de pensar en aquello.

Fui corriendo a mi cabaña. Con cuidado para no despertar a Alba. Me pusé mi pijama.

Y me dormí.