sábado, 30 de agosto de 2014

7. Estas rara

Sonó la bocina. Ya la habían arreglado.

"Que bien" pensé irónicamente.

Me di la vuelta e intente seguir durmiendo.

De pronto recibí un golpe con la almohada.

Era Alba.

-Estas loca- dije.

Se rió. 

-Madre mía que mala cara- dijo.

-Ya bueno no he dormido mucho- dije levantandome.

Y era verdad, me había estado comiendo la cabeza toda la noche sobre lo de Jesús.

No se que hacer, no entiendo me entiendo ni a mi misma. ¿Me gusta o no?

Ahora no me voy a atrever ni a mirarle. 

Salimos de la cabaña, hacía el comedor. Desayunamos.

Nos dijeron que hoy teníamos la mañana libre. Para hacer lo que quisiéramos.

Alba y yo decidimos quedarnos en el parque principal.

La mayoría estábamos allí.

Hablábamos cuando vi como Jesús y Dani se acercaban.

Empecé a temblar.

En cuanto le tuviera cerca ya volverían las dudas.

-Hola chicas- dijeron a la vez.

-Hola-.

Jesús se acercó a mi.

-Ahora me persiguen- dijo señalando con la cabeza a un grupo de chicas, las mismas de anoche.

En cuanto de dieron cuenta de que las miraba se pusieron rojas y a reírse.

Le miraba.

-Oye te ¿pasa algo?- dijo- te noto rara.

-¿Yo?- dije exagerando la voz- que va.

-¿Seguro?- dijo levantando una ceja.

Asentí con la cabeza.

-Por cierto anoche me lo pase gen...- no me dio tiempo a acabar la frase.

Vinieron el grupito de chicas.

-Jesús, Dani os echamos de menos- dijeron cogiendoles.

Pusé los ojos en blanco. Me están cansando esas chavalas.

Y entonces se los llevaron.

Ellos se despidieron de nosotras con una gesto de la cabeza.

Y llegó la tarde.

Tocaba tarde de piscina.

Nos sentamos en la hierba.

-Venga vamos a bañarnos- dijo Alba ilusionada.

-Paso- dije.

No tenía ganas de nada.

Alba insistía todo el rato pero al final se fue.

Estaba pensando cuando alguien me agarró.

-Dani, qué haces- grite- ¡sueltame!

Pero Dani no me soltaba.

-Vamos a darnos un chapuzón- dijo corriendo hacia la piscina aún llevándome.

-Ni se te ocurra, te ma...- no acabe la frase.

Dani se tiro conmigo en sus brazos a la piscina.

-Estas muerto- le dije.

Entonces apareció Jesús riéndose.

Así que le agarré del brazo y le tiré al agua también.

Estuvimos un rato. 

-Alba ¿has cogido tu mi toalla?- pregunté.

-Si perdona, es que tengo mucho frío y se me ha olvidado la mía, toma si quieres-.

Negué con la cabeza.

-Quedatela-.

Pero al instante empezé a tiritar.

Alguien me tapo.

Vi como Jesús compartía su toalla conmigo.

Los dos.
Pegados.
En una misma toalla.

Un escalofrío me recorrió el cuello.

"No seas ingenua Daniela, siempre que te ilusionas acabas mal, lo mejor es tu escudo de borde, así nadie te hará daño" pensaba.

-¿Mejor?- pregunto.

-No lo necesito, Jesús- dije.

-No seas tonta, conmigo no hace falta que te pongas ese escudo de dura- dijo.

-No necesito nada de eso, yo soy así y si te gusta bien y sino que te den- dije.

El se limito a sonreir.

"Madre mía su sonrisa, no Daniela, tienes que ser dura y no ilusionarte" pensé

Entonces me abrazó envueltos aún en la toalla.

"No puedo resistirme,mírale esa sonrisa" pensé "odio, odio no poder controlar mis sentimientos"

Volvimos al comedor a cenar.

Nos sentamos todos juntos.

Yo pensaba. En mi mundo estaba.

-Eh Daniela, tierra llamando a Daniela- dijo Alba.

-¿Qué?- dije.

-¿En qué pensabas?- me pregunto Dani.

-Nada, nada- dije.

-Ui, a ti te pasa algo, estas muy rara, no vaya a ser que estés enamorada- dijo Alba riéndose.

Me pusé roja.

Pero enseguida disimule.

-¿Yo? ¿Enamorada?- dije y chasque la lengua- va y ¿qué más? 

No enamorada no podía estar, en todo caso atracción y ya esta.

Pero como es atracción pronto lo olvidare y mejor será.

Fuimos de camino a nuestras cabañas cuando alguien me agarró del brazo.

-Alba, tiene razón, estas rara- dijo.

-Otro que tal- dije.

-Yo sólo digo lo que veo-.

-Que no, Jesús, no pasa nada-.

-Bueno ya sabes que sí te pasa cualquier cosa me lo puedes contar ¿vale?- dijo cogiéndome de la mano.

Miré nuestras manos.

Trague saliva.

-Vale, buenas noches- dije.

-Buenas noches Daniela-.

Y cada uno nos fuimos a nuestras respectivas cabañas.

Rara, rara, rara era la palabra que se me venía a la mente todo el rato.

¿Tanto se me notaba?

Pero no estoy enamorada de eso estoy clara.

O eso creo.







No hay comentarios:

Publicar un comentario